Los alumnos son como el viento

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9122014

No hace mucho leía por Facebook a un instructor amigo, que se quejaba y se dolía de que alumnos suyos, por los que él se había preocupado mucho y les había ayudado en muchos sentidos, y no solo marcialmente, le dejaban y se iban a entrenar otras cosas, o con otra gente que les gustaba más, o con la cual creían que les sería más fácil progresar, o que les ofrecían grados sin apenas esfuerzo…

A todos los que damos clase nos ha pasado, nos pasa y nos seguirá pasando. Es triste, pero hemos de aceptarlo. Es inevitable. Es algo natural. Debes buscar el corazón inmutable…

¿Recuerdas el Código del Dojo?:
• Saber que la paciencia viene primero.
• Saber que el camino del Hombre viene de la justicia.
• Renunciar a la avaricia, la indolencia y la obstinación.
• Reconocer la tristeza y la ansiedad como algo natural, y buscar el corazón inmutable
• No desviarse del camino de la lealtad y el amor fraternal, y ahondar siempre más profundo
en el corazón del Budô.

Así pues, si eres instructor has de aceptar esos abandonos y saber que eso está bien. No debería importarte demasiado. Pero somos humanos y obviamente eso duele. Sin embargo cuando lo miras en perspectiva debes acabar comprendiendo que esa gente que te “abandona” en realidad te ha hecho un favor. No era la clase de alumnos que necesitabas, sino más bien un lastre para tu progreso y para el progreso del resto del grupo.

Y sí, es normal que te sientas decepcionado y defraudado y traicionado. Es normal que tengas la sensación como instructor de que has estado perdiendo el tiempo con ellos, que les has ofrecido todo durante años y ellos lo han desechado. Es normal. Pero al final, ¿de quién es el fallo? ¿suyo o tuyo? ¿es fallo de esos alumnos o es fallo tuyo -nuestro- como instructores? Obviamente es fallo nuestro. Porque esos sentimientos provienen del EGO. Y nuestro objetivo para llegar algún día a ser un Tatsujin -ser humano íntegro- debe ser entre otras cosas trascender a esos sentimientos. Eliminar por completo el ego.

Posiblemente para ello es necesario que los instructores cambiemos nuestra forma de ver las cosas, nuestra filosofía al respecto. NO podemos pensar que los alumnos son NUESTROS alumnos. Incluso NO podemos pensar en nosotros como Maestros, aunque los estudiantes nos llamen Sensei. ¡Ni siquiera el Sôke lo hace! ¿Porqué pues tendríamos que hacerlo nosotros?

Maestro sólo hay uno: Hatsumi Sensei. Punto. Todos los demás somos alumnos.

Nosotros, los instructores, independientemente del parche y las estrellas que llevemos bordadas en nuestro pecho, no somos más que estudiantes avanzados, que lideramos o guiamos un grupo de estudiantes que lleva menos horas de vuelo, y que por tanto tiene menos conocimientos, y estamos para ayudarles en su progreso. Pero no podemos atarles a nosotros ni a nuestra visión del mundo y del Budo. Ellos son libres totalmente de elegir, de progresar o no, de cambiar de instructor, o de arte marcial, o de comprar un cinto más bonito o un diploma con muchos escudos si eso es lo que les complace. Y pueden hacerlo cuando quieran, al cabo de 2 meses o al cabo de 10 años, siempre que actúen con honestidad. La puerta del dojo funciona en los dos sentidos, está abierta para entrar y también para salir.

Entonces, ¿Cuáles deberían ser nuestras expectativas para con “nuestros alumnos”?

Cero. Ninguna.

Creo que debemos limitarnos a nuestro propio progreso, y quien quiera acompañarnos en el camino bienvenido sea. Y a quien quiera cambiar de barco simplemente debemos desearle buen viaje y hasta la vista.

Gambatte Kudasae y Banpen Fugyo!

Dani Esteban -Kôryu-

los alumnos son como el viento

Source : https://bushidojo.wordpress.com/2014/12/09/los-alumnos-son-como-el-viento/

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